No hago más que recordar tus párpados cansados, esos últimos días te acercabas a mi con el alma expuesta, hablabas como si sabías que eran los últimos consejos que me darías, bromeabas como si sería la última vez que reirías, cuanto te amo padre, aunque llegué a sentir que un día te irías, no quise imaginar que dirías hasta pronto esa mañana, ese sábado, que lo hubiese querido eterno para que no terminara con tu partida. Cuan dichoso me haces cada día, al pensar en tus gestos de cariño sincero, puedo aprender lo que debe ser un padre, empeñado siempre en la felicidad mia y de mis hermanos, tantas cosas me enseñaste en esas últimas semanas, me hiciste ver que uno debe expresar que ama antes que sea tarde, abriste mi mente a lo que está por venir. Eres el único que me comprendía a cabalidad, tus sueños son muy míos, y los míos siempre fueron muy tuyos, a veces, veo al horizonte buscando tu mirada, mi alma llora en silencio porque la vida decidió que te adelantarí...