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Mostrando entradas de agosto, 2012

Tu recuerdo y yo

No hago más que recordar tus párpados cansados, esos últimos días te acercabas a mi con el alma expuesta, hablabas como si sabías que eran los últimos consejos que me darías, bromeabas como si sería la última vez que reirías, cuanto te amo padre, aunque llegué a sentir que un día te irías, no quise imaginar que dirías hasta pronto esa mañana, ese sábado, que lo hubiese querido eterno para que no terminara con tu partida. Cuan dichoso me haces cada día, al pensar en tus gestos de cariño sincero, puedo aprender lo que debe ser un padre, empeñado siempre en la felicidad mia y de mis hermanos, tantas cosas me enseñaste en esas últimas semanas, me hiciste ver que uno debe expresar que ama antes que sea tarde, abriste mi mente a lo que está por venir. Eres el único que me comprendía a cabalidad, tus sueños son muy míos, y los míos siempre fueron muy tuyos, a veces, veo al horizonte buscando tu mirada, mi alma llora en silencio porque la vida decidió que te adelantarí...

Una corona de coral

Permanecí impávido ante tu belleza, contemplando la inmensidad del cielo sobre mi ser, iluminado por sus millones de luces itinerantes solo te espero a ti mujer bonita. Que aparezcas rompiendo la negra bruma, que destelles con tu sonrisa morena, y que descubras el espacio vacío que guardo para ti, en mi corazón. Un día llegaras como perseida, yo impávido te esperaré en el muelle de la soledad para tomarte en mis brazos cuando desciendas del cielo, en la carroza de una estrella fugaz. Llegarás a mi puerto tarde o temprano, rebautizarás el muelle donde me encuentres, le pondrás como escudo tu sonrisa y como pabellón tu negra mirada, florecerán las flores en la cercanía de la playa, y las estrellas encenderán de alegría ese camino al que llamamos destino. El destino seguirá su camino, arrullándonos en las olas de la mar, cantándonos con el melodioso timbre de las Nereidas, que rodearán nuestra barca, y te obsequiarán un corona de coral para que seas mi prin...

¿Hasta cuando se quedará?

Las calles en invierno me invitan a recordar tus ojos tristes, solo se veía como caía la lluvia sobre esas mejillas que tanto besé, sus luces tenues y a veces inexistentes son como la esperanza que se desvanece con la incertidumbre de que ya no serías mía. Cuantas veces nos refugiamos entre las nubes del invierno? cuantas veces nos alcanzó el día juntos? cuantas veces olvidamos que al escondernos del mundo solo nos escondimos de la realidad? No lo sé. Hoy con el pecho vacío, con mis manos ausentes de tu blanca figura, con mis ojos castigados sin tu rubio reflejo, descubro que la soledad es más rápida que tu recuerdo, porque se encuentra aquí conmigo y yo hace tiempo que no pienso en ti, hasta hoy que me asaltó la melancolía que dibujo en estas letras. Descubro que tus brazos andan errantes sin saber si deben volver a abrazar, descubro que tus labios rosados aún me extrañan, pero que tu corazón no se arriesga a intentar la reconquista, la verdad es que no se si te...

La Rutina del Adios

216 días desde que juntos celebramos el inicio de otro año, esa noche que se nos hizo día, esas luces que alegraban a los niños y me hacían preguntarle a mi alma, que sueños esperas que te alcance en la vida este año? no supe que pedir, no esperaba nada. El tiempo impaciente no se detuvo, siguió su curso y con la partida de los minutos el destino que se acercaba, cada vez más, la luna con su sonrisa, la luna llena, la luna traía consigo la despedida, la última vez que hablamos acercaste tu mano a tu boca liberando un suspiro y ese gesto fue el primer adiós. Quién iba a pensar que me dejarías tan pronto, tan triste, tan solo, no me quedaba más que aferrarme a tu recuerdo y a no soltarlo ni un momento, no sabía que el destino me sorprendería nuevamente en ese día de fiesta, papa te fuiste por la puerta grande, me regalaste un abrazo, y tus palabras me sabían a despedida, quise pensar que era solo el sabor de tu amor añejo, un amor que se quedó conmigo, que me consuela cuando ve...