Esta noche no pude esquivar esas melodías tristes que sin
querer se colaron en mis oídos,
no pude evitar que revivieran tu recuerdo, que me hicieran
llorar como niño,
me pusieron a buscar en el cofre de mi mente, las muchas
veces que contemplé tu sueño,
que quité tus zapatos para que pudieras descansar, son
tantos recuerdos,
de tantos días, que hoy desbordan mis ojos en saladas lágrimas.
de tantos días, que hoy desbordan mis ojos en saladas lágrimas.
Es la ley de la vida, el nacer y morir cantaba el bolero,
canción que tantas noches te escuché tararear,
a meses de que te fuiste como quisiera que esa ley no
existiera y estuvieras aquí, cada día al amanecer.
Hoy que no estas me pregunto cuanto vale un padre, cuanto
vales para mi, en lo profundo del corazón no encuentro respuesta, no encuentro
el valor, es un valor que no existe, no existe la forma de valuar lo que hay
dentro de mi pecho, no podré nunca valuar las huellas en mi alma por el ejemplo de tu vida.
De algo estoy seguro, el día que muera, después de mis hermanos, cerraré mis ojos y cuando los abra seguro tu estarás allí para abrazarme y verme llorar de la alegría por ser el último en volver a tus brazos.
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