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Desafiando la bravas olas

Cada día al caer el sol me encamino a encontrarme con tu recuerdo,
basta con saber que llegaré a tu espacio vacío que se ha visto reducido a tinieblas desde que te fuiste,
para comprender que es una realidad tu ausencia y que la luz que estaba a tu alrededor
ahora destella camino a la mansión que construiste cuando estuviste entre nosotros.

Algunos de tus amigos aún me preguntan por ti y he podido ver como se llenan de lágrima sus ojos al darles la noticia contagiando del mismo sentimiento los míos,
hace unos días me escapé de la rutina con la esperanza de retomar las fuerzas y te encontré a la media noche a la orilla de la playa desafiando las bravas olas en la oscuridad,
te encontré dormido sobre la arena, y al amanecer vi como se difuminaba tu imagen al amanecer corriendo con la brisa matutina.

Recordé tantas bromas que te hacían los amigos cuando guitarra en mano
recordaban los amores de tu juventud, siempre tuviste historias que contarnos,
no importaba que enojaran a mamá, recorrí la playa en busca de tus huellas
y por más que me esforcé no logré encontrarlas a orillas del mar, tirado en el suelo con el cielo azul
inundando mis ojos encontré tus pasos regados en mi vida, con profundas huellas en mi alma,
con profundas marcas en lo más sagrado de mi corazón.

Si supieras lo mucho que te extraño y te lloro seguro vendrías a hablar conmigo
compartiendo ese tierno amor que siempre demostraste para mi,
extraño esas noches donde te quedabas dormido mientras hablábamos y me instruías sin saber,
hay muchas palabras enredadas en mi garganta que no logran salir
porque saben que no encontrarán tu oído.


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