Recibí esa tarde un importante presente, era un regalo de mi padre, el día de mi cumpleaños me dio la sorpresa, unos días después me dejó tallarlo.
Era un tacuche grande, traía puesto una sonrisa, una luz enorme, que iluminaba a todo su camino,
por añeja que fuera su sonrisa, a quién la brindaba sabía que era sincera.
por añeja que fuera su sonrisa, a quién la brindaba sabía que era sincera.
Estaba tejido con mucha paciencia, estaba tejido a mano, durante muchos años, de distintos hilos,
de distintos precios, de orígenes exóticos, tan exóticos que ni se de donde los había sacado,
todos lo admiraban, todos lo querían, un día que lo usen tus hermanas, otro que te lo pones vos,
dile a Néstor que no se le olvide usarlo,
de distintos precios, de orígenes exóticos, tan exóticos que ni se de donde los había sacado,
todos lo admiraban, todos lo querían, un día que lo usen tus hermanas, otro que te lo pones vos,
dile a Néstor que no se le olvide usarlo,
y ustedes patojos úsenlo cuando lo necesiten (lo que significa siempre).
Ese tacuche papa, era tu ejemplo, tu cariño y tus enseñanzas, que voy a saber yo de la vida viejo,
si aún hoy tu tacuche Don Alfredo me queda grande!
Luisfer, pueda que ahorita lo sientas grande, pero estoy segura que lo que El sembró en ti da ya frutos.... No hay duda que te formo un Gran Hombre.... Un fuerte abrazo amigo mio! Con aprecio, Gloria de Castellanos
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