Ir al contenido principal

Un tacuche grande

Recibí esa tarde un importante presente, era un regalo de mi padre, el día de mi cumpleaños me dio la sorpresa, unos días después me dejó tallarlo.

Era un tacuche grande, traía puesto una sonrisa, una luz enorme, que iluminaba a todo su camino,
por añeja que fuera su sonrisa, a quién la brindaba sabía que era sincera.

Estaba tejido con mucha paciencia, estaba tejido a mano, durante muchos años, de distintos hilos,
de distintos precios, de orígenes exóticos, tan exóticos que ni se de donde los había sacado,
todos lo admiraban, todos lo querían, un día que lo usen tus hermanas, otro que te lo pones vos,
dile a Néstor que no se le olvide usarlo,
 y ustedes patojos úsenlo cuando lo necesiten (lo que significa siempre).

 Ese tacuche papa, era tu ejemplo, tu cariño y tus enseñanzas, que voy a saber yo de la vida viejo, 
si aún hoy tu tacuche Don Alfredo me queda grande!

Comentarios

  1. Luisfer, pueda que ahorita lo sientas grande, pero estoy segura que lo que El sembró en ti da ya frutos.... No hay duda que te formo un Gran Hombre.... Un fuerte abrazo amigo mio! Con aprecio, Gloria de Castellanos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Por favor no griten!

Entradas populares de este blog

Declaración de Independencia

Mientras el celeste manto pierde la batalla ante las nubes cargadas de agua que se extienden infinitamente sobre mi cabeza y el cálido sol agoniza en plena oscuridad siento dentro de mí al corazón que se ha revelado y busca deshacerse de tu amor, está en cruenta lucha para abandonar las espigas de tus manos y superar al veneno de tus labios, mientras yo sofocado por los sentimientos que se encuentran sin piedad en la batalla, trato de tomar un respiro para no sucumbir ante el dominio de tu mirada. Me atacas con los recuerdos dulces que una vez construimos y me torturas con las palabras tiernas que seducian mis tímpanos que se derretían ante la vibración de tu voz, desfallecido después de tanto amor, adolorido por tanta desilusión, desesperado por la apatía de tu corazón, no quiero beber más de tu boca, no deseo aparcar más en tu silueta, no deseo ser más prisionero de la calidez de tu cuerpo ni sentir las espigas de tus manos en mi cintura. Agotado por tanto año que he dependido de tus...

Dibujaste una sonrisa

Estaba allí afanado, no creo me hayas visto, secretamente me detuve, respiré pausado, te admiré, dirigiste tu mirada hacia mi, de lejos me dibujaste una sonrisa, tomaste un suspiro y jugando con tu cabello te marchaste, la sonrisa se quedó conmigo para hacerme recordar lo que me haces sentir.