Te asomas por la mañanas en las
ventanas de mi mente, aún no te encuentro a mi lado cuando se iluminan mis
ojos, aún no escucho tu voz adormitada, aún no admiro el caos de tu cabello que es mordido por tus
delicados labios.
Como quisiera tenerte a mi
lado, sentir la tibia caricia de tu presencia, relajarme en la hamaca de tu
sonrisa y sentir ese fuego que consume mi pecho aún si tenerte cerca de mí.
Qué precio tendrá ver nacer el
arco-iris que se forma a tus pies con el agua que corre a tu lado cuando saltas bajo la lluvia, hasta donde tendré que subir para alcanzar tu mirada, cuan profundo
será el abismo que nos separa? No lo sé.
Estar a tu lado, con la luz del
sol, bailar con las notas de tu sonrisa
y dormir al cobijo de tu regazo.
Estar en el cielo al inicio de
la noche, contemplar las estrellas y compartir en tus brazos el perigeo,
dejando que Venus, Marte y Saturno mueran de los celos con nuestra locura,
dirás tus palabras suaves como
la brisa, golpearán mi pecho
y ensancharán mi corazón.
¡Qué bello el sueño de estar a
tu lado!
¿Cuándo se hará realidad?
Solo sé que un día te encontraré y sabrás lo
que siento, comprenderás mi tortura, termina con mi angustia gritaré vencido,
en el suelo, toma mis manos y las acercaré a tu cuerpo, no me niegues tu rostro y deja que impregne tu alma con
un beso.
Recibe el veneno de mis labios
solteros, hazte adicta a mis brazos y deja que tus latidos se fundan en el anhelo de anarquía eterna junto a los míos.
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¡Por favor no griten!