Caí del barco una noche en medio de una tormenta, fui arrastrado por la corriente que dibuja tu silueta, sumergido en el abismo de tus besos aprendí a respirar bajo el agua, con tus besos salados inutilizaste mis ganas de salir, de luchar para alcanzar la luz de la superficie, me encadenaste con tu cabellera de sirena, de aquí a allá, fui el esclavo de tu cintura, fui un objeto perdido a medio mar que nadie busca ni desea recuperar.
Dejé de sentir, de pensar, de amar, mi piel sin vida ni voluntad, se aferró a ti para no caer en el abismo marino, ese abismo manipulado por ti, fui tu esclavo, fui tu esclavo.
A media noche mientras la luna se bañaba en la superficie soñaba con el día de poderme librar, de poder dejar las profundas sendas de lo que tu llamas amar, tenía tu piel, tus labios, tu figura, pero nunca tuve tu corazón, jamás fuiste mía, nunca recibí de tu compasión, mordías mis ganas de ser libre con la locura de tu actuar, jugaste con mi mente, mi ilusión, una noche sin olas, sin luz, sin libertad, me llevaste de vuelta a la superficie, dejaste que mis pulmones recibieran ese oxígeno mortal, olvidé como respirar sin tus besos, sin tus caricias, sin tus latidos acelerados en estampida resonando en mi oído.
Te marchaste, te largaste, me liberaste, otros mares eran tu destino y me desechaste, desesperado nadé tras de ti, angustiado me refugiaba en lo profundo de mis recuerdos, anhelaba la sal de tus besos, necesitaba la corriente que dibujaba tu silueta, me encontré una noche, y otra noche, un sin número de gaviotas me alimentaban de boca a boca, en mi desdicha, en mi miseria, cuando se aburrían se marchaban a alimentar a cualquier otro perdido en el mismo mar.
No encontré consuelo, ni misericordia, hasta hoy, que la luz del alba inicia a asomar sus rayitos, el día tarda en llegar, y cuando llegue estaré en tierra firme, recuperaré mis amarras, repararé el mástil, las velas, liberaré el timón del barco y recuperaré la gobernanza, ya hoy trabajo para desaparecer los daños de la cubierta, llenaré de provisiones mi alacena, la nobleza será mi tripulación, mi amor puro las estrellas y zarparé en busca de mi tesoro, mi estrella polar.
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