Estos días de luz radiante, de nubes profundamente blancas y un cielo imponente y azul, mi pecho se siente vacío, se siente vacío porque ya no estas allí, abriste la cerradura y te escapaste de mi lado, te fuiste por la tortura que recibías en el encierro de mi amor.
Estos días eternos y tortuosos quisiera sentir tus manos en las mías, haría cualquier cosa por acariciar tu cabello y sentir tu respiración junto a la mía, en estos días siento que los minutos se deslizan lentamente para no morir, para no partir, algunos hasta intentan regresar, el regreso prohibido, imposible.
Estos días he visto mi pecho llenarse de llanto, he visto a mi pecho gritar y resonar su eco, he visto mi pecho húmedo y vacío. Hace un momento escuché tu voz, su cálido tono me devolvió la vida, fueron breves y me consolaron, no dijiste que volverías, no dijiste que me amabas, pero tus palabras eran para mi.
La sonrisa volvió a mi rostro, pasajera, fugaz, un rayito de luz efímero se coló a través de la reja y iluminó un centímetro de mi oscuro y triste corazón, un destello de esperanza en mi pecho tan vacío.
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