Los caminos son rectos, las decisiones curvas, los destinos extraños y el regreso es una tortura que agobia mi conciencia, una tortura que purifica mi alma, que la limpia y hace arder el más mínimo despojo del pasado, pasado que controla, que me reduce y busca asfixiarme.
Así eres tu, no varias, no cambias, no cedes ante el capricho ciego de mi orgullo, ni ante los deseos de ímpetu inmaduro, no aceptas excusas ilusas, así eres tu, pides humildad, exiges obediencia, brindas paz, justicia y misericordia, misericordia que busco para darle paz al infierno de mi alma.
Alma atribulada con los horrores del infierno que llora la desdicha de la desobediencia, la cosecha del fruto del pecado, sentir pesar no es suficiente, lo he sentido antes, no he encontrado el camino, mis ojos estan cegados, cegados por mis deseos, velados por la lejanía de su luz y su presencia.
Haz hablado a mi alma, tu voz a estado incesante en mi oido, tu paz, si tu maravillosa paz a consolado a mi corazón atormentado por los horrores del infierno, quise retenerte entre mis manos pero te marchaste, no fui digno de que permanecieras conmigo. No encontré la manera de convencerte que me había arrepentido.
He vivido con tu recuerdo, con tu cariño que hoy no merezco, he vivido deseando que vuelvas conmigo, a mi lado, que en mi lecho cubras mis temores y en mi día fortalezcas mis anhelos, te he buscado de rodillas al lado de mi cama, te he buscado en tus palabras directas, sabias y certeras para mi situación, te he buscado con el más profundo anhelo de mi alma, que no olvida jamás el recuerdo de tu mirada.
El camino es pedregoso, de difícil acceso, estoy muy lejos de ti, la luz inexistente no me permite avanzar al ritmo que quisiera, sin embargo me dirijo a ti, estoy presto a encontrarte, a rogar de tu cariño y suplicar tu bondad para conmigo,sentir el pesar que sufro no es sufienciente, no deseo que expurges mis penas sin merecerlo, no importa el tiempo, no importa cuanto dolor he de soportar, no importa lo mucho que me deba humillar, quiero volver a tu lado, sentir la fuerza de tu amor que redime y gozar de la alegría de poderte amar.
Quiero caminar por tu casa, vestirme de justicia, servir a tu pueblo y recordar perpetuamente tu pacto, obtener mis convenios, luchar por mis promesas y sentir tus brazos que me reciben cuando llegue a tu presencia, ese día lloraré de alegría al saber que lo he logrado, ese día tendré una multitud a mi lado, ese día te agradeceré por la disciplina que me has dado, ese día tendré el gozo de haber triunfado.
Así eres tu, no varias, no cambias, no cedes ante el capricho ciego de mi orgullo, ni ante los deseos de ímpetu inmaduro, no aceptas excusas ilusas, así eres tu, pides humildad, exiges obediencia, brindas paz, justicia y misericordia, misericordia que busco para darle paz al infierno de mi alma.
Alma atribulada con los horrores del infierno que llora la desdicha de la desobediencia, la cosecha del fruto del pecado, sentir pesar no es suficiente, lo he sentido antes, no he encontrado el camino, mis ojos estan cegados, cegados por mis deseos, velados por la lejanía de su luz y su presencia.
Haz hablado a mi alma, tu voz a estado incesante en mi oido, tu paz, si tu maravillosa paz a consolado a mi corazón atormentado por los horrores del infierno, quise retenerte entre mis manos pero te marchaste, no fui digno de que permanecieras conmigo. No encontré la manera de convencerte que me había arrepentido.
He vivido con tu recuerdo, con tu cariño que hoy no merezco, he vivido deseando que vuelvas conmigo, a mi lado, que en mi lecho cubras mis temores y en mi día fortalezcas mis anhelos, te he buscado de rodillas al lado de mi cama, te he buscado en tus palabras directas, sabias y certeras para mi situación, te he buscado con el más profundo anhelo de mi alma, que no olvida jamás el recuerdo de tu mirada.
El camino es pedregoso, de difícil acceso, estoy muy lejos de ti, la luz inexistente no me permite avanzar al ritmo que quisiera, sin embargo me dirijo a ti, estoy presto a encontrarte, a rogar de tu cariño y suplicar tu bondad para conmigo,sentir el pesar que sufro no es sufienciente, no deseo que expurges mis penas sin merecerlo, no importa el tiempo, no importa cuanto dolor he de soportar, no importa lo mucho que me deba humillar, quiero volver a tu lado, sentir la fuerza de tu amor que redime y gozar de la alegría de poderte amar.
Quiero caminar por tu casa, vestirme de justicia, servir a tu pueblo y recordar perpetuamente tu pacto, obtener mis convenios, luchar por mis promesas y sentir tus brazos que me reciben cuando llegue a tu presencia, ese día lloraré de alegría al saber que lo he logrado, ese día tendré una multitud a mi lado, ese día te agradeceré por la disciplina que me has dado, ese día tendré el gozo de haber triunfado.
"..no importa lo mucho que me deba humillar, quiero volver a tu lado, sentir la fuerza de tu amor que redime y gozar de la alegría de poderte amar.." Que Profundo y cierto. (Bueno, al menos en mi caso)
ResponderEliminarque profundo lo que escribiste, creo que todos hemos llegado a sentir pesar y que no es sufiente, que a veces quisieramos que las cosas fueran de una o de otra manera pero no siempre vamos a tener lo que queremos, espero leer mas cosas, que bien escribes sigue adelante
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