Quisiera dejar libres mis lágrimas, que corran por mis mejillas y que nutran abundantemente la tierra que está al rededor de mis pies, quisiera arrancarme del pecho este dolor que me mortifica y no me permite ser felíz, quisiera borrar todo eso que me ha hecho sentir así.
Quisiera deshacerme de los roedores que abundan en mi corazón, desechar las gusaneras de mi mente y limpiar el fango de mis manos, tocar tus blancos vestidos, sentarme en tu sala y gozar de la pureza del aire que tu respiras, quisiera ser como tu, alcanzar misericordia y descansar en el gozo de tu casa.
Hoy he aprendido a sufrir, pude vivir en carne propia la agonía de no poderte alcanzar, de verme privado a entrar, pude sentir ese tormento en mi corazón, al meditar hoy, mis lágrimas brotan llenas de ilusión, ya no hay sufrimiento, esperanza es el fruto de mi dolor, había sido feliz, solo felicidad, no había dolor, no había error, no había aprendido a depender de ti, no había aprendido a confiar en tu brazo, ni a buscar tu luz, hoy mis lágrimas tristes dejaron de ser de color gris, el destello de luz volvió a su lugar, que el tiempo pase y me permita triunfar, volver a empezar, volver a confiar, volver a gozar de la paz de su maravilloso hogar.
Hoy mis lágrimas son de esperanza, la paz que conforta pronto llegará.
Mañana serán de alegría, de gozo inmenso que inundará mi alma de gratitud y humildad.
Quisiera deshacerme de los roedores que abundan en mi corazón, desechar las gusaneras de mi mente y limpiar el fango de mis manos, tocar tus blancos vestidos, sentarme en tu sala y gozar de la pureza del aire que tu respiras, quisiera ser como tu, alcanzar misericordia y descansar en el gozo de tu casa.
Hoy he aprendido a sufrir, pude vivir en carne propia la agonía de no poderte alcanzar, de verme privado a entrar, pude sentir ese tormento en mi corazón, al meditar hoy, mis lágrimas brotan llenas de ilusión, ya no hay sufrimiento, esperanza es el fruto de mi dolor, había sido feliz, solo felicidad, no había dolor, no había error, no había aprendido a depender de ti, no había aprendido a confiar en tu brazo, ni a buscar tu luz, hoy mis lágrimas tristes dejaron de ser de color gris, el destello de luz volvió a su lugar, que el tiempo pase y me permita triunfar, volver a empezar, volver a confiar, volver a gozar de la paz de su maravilloso hogar.
Hoy mis lágrimas son de esperanza, la paz que conforta pronto llegará.
Mañana serán de alegría, de gozo inmenso que inundará mi alma de gratitud y humildad.
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