Anoche encendí una vela,
las calles desiertas descansaban del bullicio del día,
el viento llevaba en sus brazos la llama encendida y amenazaba con hacerla penumbra,
los pasos piadosos se encaminaban para compartir el fuego y la luz que su llama compartía,
los niños sonrientes sin suéter ni miedo, corrian de un lado a otro,
sus sueños, sus juegos, sus padres, estaban allí presentes.
Anoche encendí una vela
para iluminar la negra noche que no se esconde cuando sale el alba.
Anoche encendí una vela
para encontrar en el firmamento tu figura dibujada de puntitos titilantes acompañados del silvido del viento.
Anoche encendí una vela
para buscar el calido viento que me consuela.
Anoche encendí una vela
para que acompañe la sepultura de tu recuerdo.
las calles desiertas descansaban del bullicio del día,
el viento llevaba en sus brazos la llama encendida y amenazaba con hacerla penumbra,
los pasos piadosos se encaminaban para compartir el fuego y la luz que su llama compartía,
los niños sonrientes sin suéter ni miedo, corrian de un lado a otro,
sus sueños, sus juegos, sus padres, estaban allí presentes.
Anoche encendí una vela
para iluminar la negra noche que no se esconde cuando sale el alba.
Anoche encendí una vela
para encontrar en el firmamento tu figura dibujada de puntitos titilantes acompañados del silvido del viento.
Anoche encendí una vela
para buscar el calido viento que me consuela.
Anoche encendí una vela
para que acompañe la sepultura de tu recuerdo.
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