Anónimo

El sabio e iletrado niño preguntó ¿Qué es la noche?, la mente adulta le respondío: es cuando la tierra gira poco a poco sobre su eje y uno de sus lados queda oculto de la luz directa del sol. El sabio niño decepcionado replicó, que tonta respuesta para venir de un adulto, tomó su lápiz gris y dibujó a manera de mapa constelaciones unidas que conformaban el Reino de las Estrellas, su Reina Resplandeciente se llamaba Luna, muy de cerca cada noche, su fiel guardían Orión, siguió con la explicación, los niños duermen, sus sueños corren libremente y con la alegría del día poco a poco crecen. La noche no es el simple resultado de la rotación terrenal, es el tiempo dispuesto por la mano de Dios para enseñarnos a esperar un mañana lleno de fulgor, no solo es eso insistió, es una oportunidad para contemplar la eterna paz en el Reino de las Estrellas y así escapar del afan de unas cuantas monedas ganar. El adulto asombrado cuestionó: ¿quién te ha dicho eso? El niño con sencillez en sus palabras ...

Mi corazón acelerado piensa en tí, procura imaginar como será la textura de tus manos, se pregunta por el largo de tu cabello con la esperanza de un día perderse en el, que tan dulce será tu sonrisa? No he sentido tu voz escabullirse por mis oidos y no puedo esperar para disfrutar de tu voz por primera vez, nunca he caminado contigo y estoy ansioso por tomar tu mano para disfrutar juntos del horizonte. Te he pensado miles de veces y quisiera admirar el arco de tus pestañas que hacen de telón a la escena que hay en tus ojos, he querido aplaudir tus locuras y morir de la risa en tus brazos. Cuando despierto y no te encuentro a mi lado me pregunto si tu estarás pensando en mi, si se acercará el momento de conocernos o aún andaremos un tiempo errantes por allí. Ahora que dibujo estas letras no logro imaginarte ante mis ojos, una suave melodía consuela mis sentimientos y me doy cuenta que ya te amo.

Que tus palabras sencillas se internen en mi mente y que sus significados hagan latir fuertemente a mi corazón. Deja que mi pecho arda, que mis deseos inmaduros encuentren un cause por el cual dirigirse, deja que mis sueños recorran el camino tortuoso que los llevará a la realidad y que inundará mis entrañas de felicidad. Abre mis ojos cuando busquen el significado en las letras con la que se escribío tu palabra, ennoblece mi corazón cuando repentinamente un álito de luz reconforte mi alma, permiteme razonar contigo, no con la lógica, no con las palabras ni con la razón de sabio, más bien ilumina mi espíritu con una porción del tuyo para que rebose de alegría y esperanza por un mañana mejor. Da fuerza a mi cuerpo debilitado por la marcha terrenal, ayuda a recuperar la gobernanza en mi mente que domina mi comportamiento, endereza mis rodillas frágiles por la amargura del pecado y lo implacable de su martirio. Rompe los cordeles de seda que se mezclan con las cadenas que me atan y permit...