El viento se apresura a estrellarse en mi piel, frío y fugaz,
logro sentir que me acompaña en una tarde de esas en las que quisieras dormir y no despertar jamás,
las voces de mi reciente pasado no me permiten escuchar los susurros del alma.
Los recuerdos insensatos buscan no quedar atrás, en el olvido, se resisten a la realidad del presente
y su inminente destierro de mi corazón.
He estado caminando para salir del amplio camino que alborotó mis sentimientos y torturó cruelmente mi corazón,
he llegado a la orilla, estoy a punto de salir, reconfortado decidí no ver hacia atrás, dejando el pasado en su lugar,
tomo un respiro esperando el primer paso fuera de ese camino dar. Estoy listo, no quiero volverlo a transitar.
Un profundo suspiro me brinda paz, la paz que viene de obedecer a Dios, la paz que llega cuando obedeces su voz, la paz que no se marcha aún en medio de la tempestad voraz.
He aprendido a bailar bajo la lluvia, a llorar de alegría, gratitud, esperanza y aceptar cada prueba de esta vida terrenal.
logro sentir que me acompaña en una tarde de esas en las que quisieras dormir y no despertar jamás,
las voces de mi reciente pasado no me permiten escuchar los susurros del alma.
Los recuerdos insensatos buscan no quedar atrás, en el olvido, se resisten a la realidad del presente
y su inminente destierro de mi corazón.
He estado caminando para salir del amplio camino que alborotó mis sentimientos y torturó cruelmente mi corazón,
he llegado a la orilla, estoy a punto de salir, reconfortado decidí no ver hacia atrás, dejando el pasado en su lugar,
tomo un respiro esperando el primer paso fuera de ese camino dar. Estoy listo, no quiero volverlo a transitar.
Un profundo suspiro me brinda paz, la paz que viene de obedecer a Dios, la paz que llega cuando obedeces su voz, la paz que no se marcha aún en medio de la tempestad voraz.
He aprendido a bailar bajo la lluvia, a llorar de alegría, gratitud, esperanza y aceptar cada prueba de esta vida terrenal.
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