Anónimo

Hace unos días tome mis maletas, las llené de mis sueños y metas incompletas, buscando el canino lo encontre solo, las llantas rodaban y encontraba nuevos amigos, algunos hablaban completo otros a medias, la gente preguntaba como era mi tierra, de altas cumbres, profundos lagos, exóticas aves con la observación de los extraños todas ellas teñidas de sangre, la tristeza me agobia, la rabia me corrompe, la nostalgia me invita a volver presuroso. Todo el día te pienso y me siento en el cielo, con verdes praderas y montes enormes, con las sonrisas de los niños mezcladas en un collage de mocos, sus campos de juego son el frente de batalla de la estupidez y la avaricia. La tristeza me agobia porque te extraño, porque los niños juegan a esquivar las balas, pintan rosas en las paredes con la viva sangre del vecino caído por no ceder al irracional reclamo, forjan cruces con la ardiente impotencia que se aviva día a día, construyen puentes de papel que se incendia con la chispa de la bala. Te re...

A veces cuando la memoria se rebalsa por esa luz linda que encontró un día en tu ojos, cuando recorres las calles a veces llenas, a veces vacías, no las recuerdas a ellas, recuerdas la compañía que tenías la última vez que las recorriste, cuando sabes que hay miles de tareas que te atrapan y te retienen, es allí cuando quisieras gritar ¡basta! aléjense de mi, y quisieras correr hasta la ventana iluminada de su mirada, cantarle de amores aunque su luz no te ilumine a ti ni de broma, aunque sepas que sus brazos tienen dueño, ni te importa siquiera si piensa en tí, ni te preocupa el que dirán, solo quisieras llegar, pararte de frente y decir hola, aunque sea hola, y el saludo apresurado sea solo un convencionalismo social, lo que en realidad importa es que dentro de mi arde esa llama que no se apaga, que cuando te piensa incrementa su calor, y cuando descansa no es por que se apague sino por estas frente a mi y no hay nada tan intenso que pueda alejarme de tí, no lo sabes, talvez si, aunq...