Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2008

El réquiem de los grillos

Brillaba la tristeza en sus ojos, acompañada de la lejanía de los días en los que fue felíz, sus ropas coloridas centenaria en historia solo cubría su desgastada piel que bajo el sol radiante quemaba sus venas y su árida armadura, a veces no entendía lo mezquino de otros distintos que se burlaban o le ignoraban tan facil como cuando sopla el viento. Caldera ardiente es su corzón que ha sufrido cada día desde su ñiñez, crecío y sufrío, los golpes de un padre, era un animal, sufrío el desengaño de lo que creyó amor, como bestia maltratada aguantó sola el dolor de la niñez que desgraciadamente acompañó de preñes, aún mas sufrimiento para verlos crecer, sin rumbo, sin esperanza, sin un futuro felíz, felíz solo un día que conocío el amor, el amor de una tierra de suave voz, con arboles parlanchines y brisa tersa que acariciaba sus cabellos rumbo al amanecer, fue felíz al escuchar la partitura grillesca de divino son que le consolban cada noche al lado del catre donde se le humillo y arre...

Los ví, los tres allí

Llegó a mi alma una fuerte sensación que recorrío erizando la piel de cada parte de mi ser, los ví, los tres allí, con cara dulce, con rostro jugueton, con alma pura llena de salvación, los ví, los sentí, con luz en sus ojos, con amor de lo alto, los ví y me sobrecogí, estremecieron mi ser, me hicieron retroceder, quiero volver, la fuerza; busco la redención.

Desperté durmiendo, soñando con la pesadilla de tu adios

Hoy desperté con un pensar distinto, no se si estoy despierto pero pienso distinto, me veo a tu lado jugando escondite, me veo a tu lado en el mejor lugar, a veces nos encuentran mientras salimos a jugar, enredado en tus cabellos y empalagado de tus besos, quisiera escapar, libre ser, quisiera morir en las cadenas de tu amor. Cada día muero al verte partir, cada día sufro por no tenerte aquí, a veces solo siento el viento, la brisa invernal, la bruma, el calor, el dolor, la dulzura, algunas veces siento tu piel, percibo tu olor, siento los latidos agitados de tu corazón confundidos con los míos. Ayer te vi y no supe que hacer, decir, al final caí en la trampa de tus brazos y el veneno de tus besos, ayer estuve junto a ti, sentí tu sabor indescriptible, ayer te escuche, hoy, hoy te extraño. Al despertar querré nuevamente correr a esconderme, nuevamete amar, aunque piense distinto al despertar, no he podido dejarte de amar.